sábado, 6 de febrero de 2010

La radio se viste de barrio

El barrio el Guarataro es conocido por ser uno de los más peligrosos de Caracas, los narcotraficantes caminan por sus calles con las ametralladoras colgadas al hombro, totalmente impunes. Las camionetas y los jeeps suben el cerro sólo hasta las cinco de la tarde, después poca gente se atreve a moverse en lo alto de las barriadas. Los tiroteos se escuchan todas las noches, la policía no entra jamás, sus rondas empiezan y terminan en la avenida principal, en la zona de las estaciones del metro, lo que pase barrio adentro no es asunto de ellos.

Apenas subiendo por la calle central se puede ver junto a las primeras montañas de basura, la casa de alimentación, donde se reúne también el consejo comunal, un poco mas arriba, hay unas escaleras que llevan hasta la casa cultural ¨las amarillas¨, allí se dan talleres y se organizan algunas actividades comunitarias. Desde hace varios sábados las mujeres de la comunidad han estado asistiendo a unos talleres de comunicación, como producto final decidieron hacer una radio abierta y los últimos dos encuentros estuvieron dedicados a la planificación, se acordó hacerla el domingo por mañana porque a esa hora los malandros duermen y no hay peligro…

A las diez de la mañana ya estaban acomodadas las sillas, con un megáfono una compañera recorría las calles invitando a la comunidad a sumarse, la música ya sonaba a todo volumen desde los parlantes, las locutoras nerviosas preparan la mesa de trabajo, acomodaban los micrófonos, probaban sonido, ordenaban los papeles con las pautas…

De a poco se comenzó a acercar la gente, curiosa porque no sabían a que se debía todo ese bochinche. Cuando tomaron el coraje suficiente, las compañeras decidieron largar con el programa. Saludaron alegremente a la concurrencia y les contaron el motivo de la radio abierta. Esta surgió como propuesta por unos talleres de comunicación que habían estado recibiendo, con el objetivo de fortalecer el comité de comunicación del consejo comunal que, contaron, venia de capa caída. Les dijeron que por ser la primer emisión hablarían justamente del consejo comunal, la historia de su conformación, una puesta al día del trabajo de cada uno de los comités, un debate abierto en torno a las principales problemáticas que debían ser abordadas.

Para la organización de la radio de calle, las participantes se dividieron en comisiones, algunas estuvieron encargadas de las cuestiones radiofónicas específicamente, mientras que otras se hicieron cargo de asuntos más logísticas, estas últimas, poco después de comenzar el programa, se ocuparon de repartir volantes con información sobre los distintos talleres que se estaban llevando a cabo, como así también los espacios de reunión para sumarse a la nueva emisora de calle que estaba naciendo ese día. Asimismo se ocuparon de repartir jugo y galletas para amenizar la calurosa jornada.

Como la radio abierta tenía un carácter fuertemente participativo, los vecinos y las vecinas comenzar a acercase a la mesa de locución para dar sus opiniones sobre las principales problemáticas que aquejaban al barrio y las distintas estrategias que podían implementarse para solventarlas.

Dos horas después, la primer emisión llegaba a su fin. Pero… ¿Tan rápido?-se quejaban algunos-
-¡Hay tanto que hablar todavía!
- Yo quería decir algo sobre la basura
- A mi se olvido agregar esto otro…
-Tranquilos camaradas- los calmaron las locutoras -todo el mundo puede participar, porque el domingo que viene nuevamente la radio de vestirá de barrio para llenar de palabras y canciones las callecitas del Guarataro…

Guillermina Soria

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