miércoles, 9 de noviembre de 2016

Militar desde la escucha



Hace más de cinco años hago el ejercicio de escuchar mujeres, mujeres que no conozco personalmente, ellas llaman a la Línea Aborto Información Segura y mis compañeras y yo las atendemos.
Hace unos días, una amiga nos dijo que una de las cosas que resaltaba de la atención de la línea, más que la información en sí misma, era toda la contención emocional y afectiva que les damos las mujeres que nos llaman. Y cómo además, esa atención siempre la haciámos desde la alegría y no desde “el drama”.
Pensé en ese un rato en esa idea, en la alegría y en la escucha.
No tengo formación en psicología ni mucho menos, pero aprendí que poder hablar de un dolor te ayuda mucho a sanar y también aprendí que encontrar alguien a quien contarle ese dolor no es fácil. Abrirse y compartir no es sencillo pero es sanador, estoy convencida de eso y por esta razón dedico gran parte de mis días a escuchar mujeres. Las escucho atendiendo la línea, las escucho en los talleres, las escucho cuando alguna amiga les pasa mi número en un papelito y les dice al oído “ella seguro te va a ayudar”.
….
Escuchar se volvió parte de mi militancia. Aunque es duro saber tantas cosas dolorosas no me ponen triste, me generan otras emociones, indignación, rabia, incluso impotencia, pero nunca tristeza.
Nunca, hasta hace unos días.
Hace unos días me crucé con una vecina que fue víctima de violencia extrema, su ex compañero intentó matarla a ella y a su pequeña hija. La roció de gasolina, las encerró y le prendió fuego a la casa. Ella, por pura volundad de vivir, porque es “una tipa arrecha”, se apagó el fuego del cuerpo ella misma y rompió la ventana con el brazo para salir y salvar a su hija. 
Me la cruce muy tempranito, me sorprendió verla sentada allí, a las cinco y media de la mañana, me acerqué a saludarla y a preguntarle cómo estaba, cuándo había vuelto. Me respondió secamente que ya estaba bien y miró para otro lado. Yo, como estaba apurada, le agarré la mano y le dije “me da mucha alegría verte…. Sube si me querés contar algo…. Yo… te puedo escuchar” y me fui corriendo.
Al día siguiente, me tocaron la puerta, era ella con un vestidito rosado. La miré y ví por primera vez su cuerpo zurcado de cicatrices…. Quemado, golpeado, magullado, cortado.
Ella se paró muy derechita me miró a los ojos y me dijo: “ya estoy lista para hablar de lo que pasó y te lo quiero contar a ti”.
Y me contó, me mostró sus cicatrices, se paró, representó situaciones. Me sorprendió un poquito que no llorara. Se le aguaron los ojos un par de veces pero nada más.
Yo tampoco lloré, sonreí mientras me echaba ese cuento de horror, sonreí mientras me mostraba sus cicatrices, sonreí mientras se le aguaban los ojos. Con mi sonrisa, que no es una graaannn sonrisa, es una sonrisa apenas asomada, una sonrisa del sur, otoñal digamos y pícara. La escuché durante horas, sin llorar, porque mi mamá, que dedicó su vida a cuidar a otros y otras me enseñó eso como una norma inquebrantable.
Cuando terminó de contar, pensamos juntas que cosas podíamos hacer. Comimos caldo de papa, tomamos jugo y se fue.
Cuando se fue sentí algo, no identifiqué muy bien que era, no lo pensé y seguí con mis cosas. Esa noche lloré durmiendo y tuve pesadillas.
Al día siguiente volvió y me contó un poco más, no mucho, solo diez minutos estuvo.
Cuando se fue, volvió esa sensanción y sentí las lágrimas. Unos lagrimones inmesos que me mojaron las mejillas completamente…..
Pero ¿qué pasa? No es raro que llore despues de escuchar, suelo hacerlo. Pero había algo más, algo nuevo. “Se me rompió el corazón”, pensé. O se quebró, no sé, pero sé que la tristeza se escapó de ahí y me inundó el cuerpo, una tristeza profunda, infinita, pesada, que me brota del cuerpo como las lágrimas.
….
Escribir es contar, contar es también soltar, o compatir la carga, para que sea un poco menos pesada.
El feminismo me ha brindado muchas herramientas para sanar mis heridas y para acompañar a otras mujeres en su camino. Reflexionar desde las experiencias personales para construir colectivamente. Juntar-nos para transformar, para ayudarnos a salir de la violencia, para no seguir con un embarazo si no lo deseamos, para aprender a criar a nuestros hijos e hijas de otra manera, para amar y ser amadas por nuestros compañeros o compañeras desde la libertad y el respeto, para valorar a las mujeres de nuestra vida….
Escuchar, contar, amar, soltar y soñar, con la alegría como resguardo, con la sonrisa como escudo, con la escucha como trinchera.

jueves, 21 de febrero de 2013

Del amor


Artículo publicado en el Correo del Orinoco 19-02-2013

Del amor estamos hablando,
por amor estamos haciendo,
por amor se está hasta matando
para por amor seguir trabajando.
(Silvio Rodriguez)

Guillermina Soria
Jacobo Alba

¿Qué queremos decir cuando hablamos del amor?

Los conceptos son vehículos del lenguaje y a través de este se expresa el pensamiento; ese pensamiento nuestro, que es producto de la realidad a la vez que impulsor de nuestras acciones, constituyentes de dicha realidad.
Aunque la cultura dominante intente presentar los conceptos como algo estático y fijo -lo que es, es-, lo cierto es que los conceptos tan sólo intentan abarcar el significado de las relaciones sociales; tarea difícil, ya que son dinámicas y se van transformando en el devenir del tiempo, -lo que es no sólo es, sino que también viene siendo-

Conceptos centrales en nuestra cultura como lo es el amor, han constituido un verdadero campo de batalla entre diversas maneras de entender, pensar y sentir el mundo. La disputa entre dominación y emancipación atraviesa al amor.

El amor romántico, como construcción configurada socialmente, está atravesado por una ideología hegemónica. Las principales características de la ideología romántica burguesa están asentadas sobre la pareja monogámica, heterosexual, normatizada, entre adultos, orientada a la procreación y bendecida por la Iglesia y el Estado. Este modelo cultural ha sido denunciado por las feministas como uno de los factores que facilita, promueve y sustenta la violencia contra las mujeres en las relaciones de pareja, ejercida con el objetivo de controlar y lograr el poder sobre la relación. A la vez, implica para ellas una renuncia personal, un olvido de sí mismas y una entrega total que potencia comportamientos de dependencia y sumisión.

Alexandra Kollontai, revolucionaria rusa, planteaba que el amor se ha espiritualizado hasta llegar a convertirse en un complejísimo estado emocional. Pudiéndose presentar bajo la forma de pasión, de amistad, de ternura maternal, de inclinación amorosa, de comunidad de ideas, de piedad, de admiración, de costumbre y de cuantas maneras imaginemos. La humanidad ha ido enriqueciendo y diversificando los sentimientos amorosos hasta el punto de que no parece fácil que una sola persona pueda satisfacer la rica y multiforme capacidad de amar que late en cada ser humano. Para Kollontai, esta complejidad de la emoción amorosa junto con la ambigüedad o diversidad de los sentimientos choca frontalmente con el ideal burgués de propiedad y exclusividad. Frente a lo cual propone como opción la unión libre, el amor libre, lo cual implicaría una reforma radical de las relaciones sociales entre hombres y mujeres, trastocando profundamente la moral sexual.

Avanzando en una caracterización del amor libre, Emma Goldman cuestiona la vinculación establecida desde la ideología burguesa entre matrimonio y amor, donde se originan y fortalecen las relaciones de dependencia y parasitismo, sobre todo para las mujeres. “El amor, el más fuerte y más profundo elemento en toda vida, heraldo de la esperanza, de la felicidad, del éxtasis; el amor, transgresor de toda ley, de toda convención; el amor, el más libre, la impronta más poderosa del destino humano”.

Entonces, ¿cómo quieres amar y que te amen?

jueves, 18 de octubre de 2012

El aborto en tiempos de Revolución


Artículo publicado en Periódico Proceso

I. El aborto, la interrupción del embarazo por medios artificiales, se llevará a cabo gratuitamente en los hospitales del estado, donde las mujeres gocen de la máxima seguridad en la operación.”
Decreto del Comisariato del Pueblo para la Salud y el Bienestar Social y del
Comisariato del Pueblo para la Justicia en la Rusia Soviética”


En 1920, mediante un decreto emitido por gobierno revolucionario soviético fue anulada la penalización criminal del aborto. Fue el primer país del mundo en hacerlo. Por su parte, en 1965, la revolución cubana legalizó la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 12 de gestación, hasta la actualidad, la mortalidad materna por esa causa descendió de 120 por cada 100 mil nacidos vivos a 7 por 100 mil nacidos vivos, según fuentes del Ministerio de Salud Pública de este país. La mujer cubana tiene derecho a solicitar un aborto en las instituciones especializadas sin otro argumento que la decisión personal sobre su cuerpo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en el mundo se practican aproximadamente 20 millones de abortos de alto riesgo cada año, y que el 99.9% de la mortalidad materna por aborto ocurre en los llamados países en desarrollo.
La ausencia de educación sexual, las desigualdades de género, los tabúes sociales, los mandatos religiosos y morales, junto a la negación política, convierten a la reproducción no regulada y al embarazo no deseado en bombas de tiempo que afectan las condiciones sociales y la salud pública de la población en la mayoría de países de América Latina.
En Venezuela, día tras día, muchas mujeres jóvenes, de los barrios y de los campos, se ven atrapadas por la dura realidad de embarazos que no desean. Muchas abortan muriendo de culpa. Muchas mueren por abortar de manera insegura. Es hora de comenzar a asumir la existencia del aborto como práctica cotidiana en la vida de las mujeres. Un país que asume el camino del Socialismo debe plantearse seriamente este debate, que implica un posicionamiento revolucionario sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que rompa la lógica patriarcal impuesta a lo largo de la historia, permitiendo a las mujeres decidir libremente sobre su sexualidad y sobre sus cuerpos.
El aborto es también una cuestión de clase, porque mientras las mujeres con económicos pueden acceder a interrupciones del embarazo en condiciones sanitarias seguras, las mujeres pobres continúan recurriendo a los abortos inseguros poniendo en riesgo su integridad física e incluso su vida. Se aproxima el 28 de septiembre, día latinoamericano y caribeño para la despenalización del aborto, y en el marco del proceso electoral, desde feminismo popular convocamos a asumir la lucha por la autonomía y el derecho a decidir de las mujeres como uno de los desafíos pendientes de la revolución bolivariana.


EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR
ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR
ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO PARA NO MORIR


Guillemina Soria
F.A.L.D.A.S en Revolución (Feministas en Acción Libre y Directa por el Aborto Seguro)

viernes, 31 de agosto de 2012

Columna de la Araña Feminista en el periódico Ciudad Caracas

La paz en Colombia: también una preocupación del feminismo popular

Guillermina Soria / soriaguillermina@gmail.com

El feminismo desde el cual hablamos, es una corriente del pensamiento emancipatorio que ha desplegado su accionar en las luchas populares a lo largo de la historia, tanto desde el activismo militante en la calle, como desde el terreno de la teoría, a través del desarrollo del pensamiento crítico, constituyendo, de esta manera, una verdadera praxis contra el patriarcado y el capitalismo.

Uno de los principales aportes de este feminismo popular, ha sido la capacidad de visibilizar relaciones de dominación en diferentes ámbitos de la sociedad, que se cristalizan en la cotidianidad, o eso que el liberalismo dio en llamar “el mundo de lo privado”. Este ejercicio crítico de develar otras contradicciones, además de la de clase, pero igual de fundamentales para entender la realidad permitió ampliar la mirada para entender la multiplicidad de manifestaciones que asume la resistencia a la opresión.

Esta diversificación de la rebeldía, lejos de dividir, nutrió a los movimientos sociales del campo popular convocando, desde lo personal, hacia un horizonte colectivo emancipatorio. Esta brecha caminada por las feministas, sigue ensanchándose con el accionar de todas las expresiones del variopinto campo de la resistencia.

El ejercicio de ampliar las miradas aportado por el feminismo, nos lleva a saludar el proceso de diálogo entre la insurgencia y el gobierno de Santos, lo cual constituye un enorme logro del movimiento popular colombiano, ya que significa una nueva oportunidad de construir la paz en la hermana república. La ecuación de la guerra en Colombia se expresa de manera desigual: son pocos los beneficiados, principalmente, el complejo industrial armamentista norteamericano, y muchos sectores los afectados (más de 57 mil personas desaparecidas en los últimos 30 años según la ONU, 7500 presos(as) políticos(as), más de 4 millones de personas desplazadas, las víctimas de los asesinatos extrajudiciales, conocidos como “falsos positivos”...) La lógica patriarcal que atraviesa la confrontación armada, hace particularmente duras las situaciones vividas por las mujeres.

Esta diversidad de rebeldías multiplica a su vez las responsabilidades, es por eso que este nuevo escenario, nos convoca a solidarizarnos con los esfuerzos del pueblo colombiano para transitar el camino de la paz con justicia social. Es importante que se sepa que Colombia no está sola y que desde Venezuela, esta revolución jugará su papel para hacer realidad los sueños del Libertador Simón Bolívar.

Este es un elemento más que evidencia como la batalla del “7 O” asume características estratégicas para la consolidación del mundo multipolar, donde se pueda garantizar un futuro de paz para la humanidad. El triunfo del candidato de la patria, Hugo Rafael Chávez Frías, será celebrado con profundo entusiasmo por las revolucionarias y los revolucionarios del mundo entero. ¡Venceremos!

viernes, 14 de mayo de 2010

Simplemente

Hay cosas simples, que forman parte de la cotidianeidad de nuestros días. Tomar el bondi, cruzar la calle, comprar el pan. Sin embargo, esto se puede convertir en una verdadera odisea, ante la cual es necesario desarrollar el mas profundo instinto de supervivencia, inventar elaboradas estrategias y maquinar fórmulas que nos permitan sobrevivir en el caos caraqueño.
Subirse el autobús. Cualquiera diría que es tarea simple, si claro, en Córdoba lo era, en Caracas, por otra parte, todo es diferente. No hay paradas señalizadas, las camionetas tienen cartelitos pegados que dicen para donde van, estacionan para recoger pasajeros en cualquier lugar, esquinas, a mitad de cuadra, en el medio de la calle. A la vuelta del edificio donde vivo, pasa la que me lleva al trabajo, es la que tiene un cartelito que dice LA URBINA. Todas las mañanas me ubico donde se aglomera la gente, justo al lado del contenedor de basura, a esperar que venga. Confiada en el respeto al orden de la fila que allí formamos, espero tranquila. Sin embargo, algo terrible sucede cuando el muchacho que grita los recorridos anuncia: ¨Chacaito, Plaza Venezuela, La Urbina, Petare!!!! Al llegar la buseta, de repente como si se tratara de un enorme tsunami, la hilera se desborda y comienza una seguidilla de terribles empujones, golpes y gritos. Tratando de cubrirme de tanta agresión, sólo alcanzo a decir: ¨ Pero, pero, pero…¨ Sorprendida por la arremetida que se produjo en escasos diez segundo, me doy cuenta que el bendito vehículo esta demasiado lleno y, por supuesto, con toda la gente que estaba detrás de mí. El muchacho que grita los recorridos me mira y con la cara muy seria me pregunta:
- ¨¿Y entonces pana? ¿Tu no vas para la Urbina pues…?¨
- Pero, pero, pero… ¿qué pasa?- le pregunto todavía incrédula de haberme quedado sin poder subir a la camioneta (una vez más)
- ¿Qué va a pasar? lo mismo de todos días, eres burda de lenta chica ¡Móntate pues!
- Pero señor… ya no hay lugar…- le digo casi al borde de las lágrimas.
- Móntate mami, móntate- me dice enternecido por mi cara de puchero.
Y sin darme ni un segundo para pensarlo, me agarra del brazo con una mano, mientras con la otra empuja a dos señoras que están haciendo equilibrio sobre los escalones.
- A ver señoras, colaboren pues, un poquitico mas para atrás, pa vé, que ahí todavía queda espacio.
- ¡Qué no! chico, no empuje, ¡no sea grosero!- Le grita una de las señoras enardecida.
- Coño señora… un poco de solidaridá con la chamita pues. Vente mami, siéntate aquí - dice el chofer asomando la cabeza entremedio de la corpulencia de las señoras. Y así, logro poder viajar a mi destino, sentada en la caja de cambios, medio aplastada y aturdida por la salsa que suela a todo volumen en la radio del camionetero.

martes, 27 de abril de 2010

Comunicado de la Araña Feminista

Comunicado feminista

A las instituciones y la sociedad venezolana

“Ni un feminicidio más”

El feminicidio es el asesinato de mujeres favorecido por el ambiente ideológico y social del machismo, es la expresión extrema del patriarcado que se agudiza en las relaciones desiguales y asimétricas, propias del sistema capitalista patriarcal.

El lamentable feminicidio de Jennifer Carolina Viera, a manos de Edwin “Inca” Valero, su esposo, ha sido sólo uno entre millones. Aproximadamente cada cinco días muere una mujer a manos de su cónyuge, pero no son visibilizados como casos de violencia de género.

La muerte es el final de una espiral de violencia de género que puede ser detectada y detenida a tiempo. Múltiples factores inhiben el proceso de denuncia en las mujeres víctimas de violencia: el temor, los vínculos afectivos, la falta de apoyo, las relaciones de poder que se tejen en el ciclo de la violencia (más si se trata de personajes públicos y reconocidos) y la reedición de la violencia en prácticas sexistas prejuiciosas en los organismos competentes (o sea, violencia institucional).

Nos preguntamos ¿Cómo teniendo una de las leyes más avanzadas del mundo para la protección de los derechos de las mujeres, aun ocurran éstos hechos? ¿Quiénes son los funcionarios y las funcionarias que la aplican y cómo la aplican? La muerte de Jennifer fue evitable, de eso no nos queda la menor duda.

Los feminicidios como hecho noticioso son tratados de forma sensacionalista, morbosa y amarillista. A la violencia mortal se suma la violencia mediática se los llama “crímenes pasionales” y se convierte al agresor en víctima, eximiéndolo de responsabilidad. Se utilizan los hechos de manera oportunista, banalizando o utilizando políticamente un gravísimo problema social y de salud pública, sin producir una reflexión social honesta y educativa. El caso “Inca” no ha sido la excepción. Razón que nos ha llevado a las Organizaciones, colectivos y militantes feministas; mujeres y hombres, comprometidos contra la injusticia a congregarnos en una concentración frente al TSJ para solicitar:

· Una investigación exhaustiva de los hechos, ya que es necesario que l@s verdader@s responsables sean debidamente sancionados y así sentar un precedente positivo en la lucha contra el feminicidio en nuestro país, para que estos hechos lamentables no se repitan.

· Mejorar y profundizar la formación, sensibilización y evaluación de l@s funcionari@s que atienden y procesan las denuncias de violencia de género en nuestras instituciones y juzgados.

· Realizar una cruzada nacional cultural e institucional, de manera permanente a través de los medios de comunicación, y en todos los espacios educativos y comunitarios, para prevenir y erradicar la violencia y el machismo.

· Desarrollar y mejorar los sistemas de atención, procesamiento de denuncias, amparo y apoyo a las mujeres víctimas de violencia.

· Generar y divulgar información estadística y cualitativa sobre violencia de género que oriente las políticas públicas y las acciones sociales.



La ARAÑA FEMINISTA, Caracas, 27 de abril de 2010