Artículo publicado en el Correo del
Orinoco 19-02-2013
Del amor estamos hablando,
por amor estamos haciendo,
por amor se está hasta
matando
para por amor seguir
trabajando.
(Silvio Rodriguez)
Guillermina Soria
Jacobo Alba
¿Qué queremos decir
cuando hablamos del amor?
Los conceptos son
vehículos del lenguaje y a través de este se expresa el
pensamiento; ese pensamiento nuestro, que es producto de la realidad
a la vez que impulsor de nuestras acciones, constituyentes de dicha
realidad.
Aunque la cultura
dominante intente presentar los conceptos como algo estático y fijo
-lo que es, es-, lo cierto es que los conceptos tan sólo intentan
abarcar el significado de las relaciones sociales; tarea difícil, ya
que son dinámicas y se van transformando en el devenir del tiempo,
-lo que es no sólo es, sino que también viene siendo-
Conceptos centrales en
nuestra cultura como lo es el amor, han constituido un verdadero
campo de batalla entre diversas maneras de entender, pensar y sentir
el mundo. La disputa entre dominación y emancipación atraviesa al
amor.
El amor romántico, como
construcción configurada socialmente, está atravesado por una
ideología hegemónica. Las principales características de la
ideología romántica burguesa están asentadas sobre la pareja
monogámica, heterosexual, normatizada, entre adultos, orientada a la
procreación y bendecida por la Iglesia y el Estado. Este modelo
cultural ha sido denunciado por las feministas como uno de los
factores que facilita, promueve y sustenta la violencia contra las
mujeres en las relaciones de pareja, ejercida con el objetivo de
controlar y lograr el poder sobre la relación. A la vez, implica
para ellas una renuncia personal, un olvido de sí mismas y una
entrega total que potencia comportamientos de dependencia y sumisión.
Alexandra Kollontai,
revolucionaria rusa, planteaba que el amor se ha espiritualizado
hasta llegar a convertirse en un complejísimo estado emocional.
Pudiéndose presentar bajo la forma de pasión, de amistad, de
ternura maternal, de inclinación amorosa, de comunidad de ideas, de
piedad, de admiración, de costumbre y de cuantas maneras imaginemos.
La humanidad ha ido enriqueciendo y diversificando los sentimientos
amorosos hasta el punto de que no parece fácil que una sola persona
pueda satisfacer la rica y multiforme capacidad de amar que late en
cada ser humano. Para Kollontai, esta complejidad de la emoción
amorosa junto con la ambigüedad o diversidad de los sentimientos
choca frontalmente con el ideal burgués de propiedad y exclusividad.
Frente a lo cual propone como opción la unión libre, el amor libre,
lo cual implicaría una reforma radical de las relaciones sociales
entre hombres y mujeres, trastocando profundamente la moral sexual.
Avanzando en una
caracterización del amor libre, Emma Goldman cuestiona la
vinculación establecida desde la ideología burguesa entre
matrimonio y amor, donde se originan y fortalecen las relaciones de
dependencia y parasitismo, sobre todo para las mujeres. “El amor,
el más fuerte y más profundo elemento en toda vida, heraldo de la
esperanza, de la felicidad, del éxtasis; el amor, transgresor de
toda ley, de toda convención; el amor, el más libre, la impronta
más poderosa del destino humano”.
Entonces, ¿cómo quieres
amar y que te amen?
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