jueves, 18 de octubre de 2012

El aborto en tiempos de Revolución


Artículo publicado en Periódico Proceso

I. El aborto, la interrupción del embarazo por medios artificiales, se llevará a cabo gratuitamente en los hospitales del estado, donde las mujeres gocen de la máxima seguridad en la operación.”
Decreto del Comisariato del Pueblo para la Salud y el Bienestar Social y del
Comisariato del Pueblo para la Justicia en la Rusia Soviética”


En 1920, mediante un decreto emitido por gobierno revolucionario soviético fue anulada la penalización criminal del aborto. Fue el primer país del mundo en hacerlo. Por su parte, en 1965, la revolución cubana legalizó la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 12 de gestación, hasta la actualidad, la mortalidad materna por esa causa descendió de 120 por cada 100 mil nacidos vivos a 7 por 100 mil nacidos vivos, según fuentes del Ministerio de Salud Pública de este país. La mujer cubana tiene derecho a solicitar un aborto en las instituciones especializadas sin otro argumento que la decisión personal sobre su cuerpo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en el mundo se practican aproximadamente 20 millones de abortos de alto riesgo cada año, y que el 99.9% de la mortalidad materna por aborto ocurre en los llamados países en desarrollo.
La ausencia de educación sexual, las desigualdades de género, los tabúes sociales, los mandatos religiosos y morales, junto a la negación política, convierten a la reproducción no regulada y al embarazo no deseado en bombas de tiempo que afectan las condiciones sociales y la salud pública de la población en la mayoría de países de América Latina.
En Venezuela, día tras día, muchas mujeres jóvenes, de los barrios y de los campos, se ven atrapadas por la dura realidad de embarazos que no desean. Muchas abortan muriendo de culpa. Muchas mueren por abortar de manera insegura. Es hora de comenzar a asumir la existencia del aborto como práctica cotidiana en la vida de las mujeres. Un país que asume el camino del Socialismo debe plantearse seriamente este debate, que implica un posicionamiento revolucionario sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que rompa la lógica patriarcal impuesta a lo largo de la historia, permitiendo a las mujeres decidir libremente sobre su sexualidad y sobre sus cuerpos.
El aborto es también una cuestión de clase, porque mientras las mujeres con económicos pueden acceder a interrupciones del embarazo en condiciones sanitarias seguras, las mujeres pobres continúan recurriendo a los abortos inseguros poniendo en riesgo su integridad física e incluso su vida. Se aproxima el 28 de septiembre, día latinoamericano y caribeño para la despenalización del aborto, y en el marco del proceso electoral, desde feminismo popular convocamos a asumir la lucha por la autonomía y el derecho a decidir de las mujeres como uno de los desafíos pendientes de la revolución bolivariana.


EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR
ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR
ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO PARA NO MORIR


Guillemina Soria
F.A.L.D.A.S en Revolución (Feministas en Acción Libre y Directa por el Aborto Seguro)

viernes, 31 de agosto de 2012

Columna de la Araña Feminista en el periódico Ciudad Caracas

La paz en Colombia: también una preocupación del feminismo popular

Guillermina Soria / soriaguillermina@gmail.com

El feminismo desde el cual hablamos, es una corriente del pensamiento emancipatorio que ha desplegado su accionar en las luchas populares a lo largo de la historia, tanto desde el activismo militante en la calle, como desde el terreno de la teoría, a través del desarrollo del pensamiento crítico, constituyendo, de esta manera, una verdadera praxis contra el patriarcado y el capitalismo.

Uno de los principales aportes de este feminismo popular, ha sido la capacidad de visibilizar relaciones de dominación en diferentes ámbitos de la sociedad, que se cristalizan en la cotidianidad, o eso que el liberalismo dio en llamar “el mundo de lo privado”. Este ejercicio crítico de develar otras contradicciones, además de la de clase, pero igual de fundamentales para entender la realidad permitió ampliar la mirada para entender la multiplicidad de manifestaciones que asume la resistencia a la opresión.

Esta diversificación de la rebeldía, lejos de dividir, nutrió a los movimientos sociales del campo popular convocando, desde lo personal, hacia un horizonte colectivo emancipatorio. Esta brecha caminada por las feministas, sigue ensanchándose con el accionar de todas las expresiones del variopinto campo de la resistencia.

El ejercicio de ampliar las miradas aportado por el feminismo, nos lleva a saludar el proceso de diálogo entre la insurgencia y el gobierno de Santos, lo cual constituye un enorme logro del movimiento popular colombiano, ya que significa una nueva oportunidad de construir la paz en la hermana república. La ecuación de la guerra en Colombia se expresa de manera desigual: son pocos los beneficiados, principalmente, el complejo industrial armamentista norteamericano, y muchos sectores los afectados (más de 57 mil personas desaparecidas en los últimos 30 años según la ONU, 7500 presos(as) políticos(as), más de 4 millones de personas desplazadas, las víctimas de los asesinatos extrajudiciales, conocidos como “falsos positivos”...) La lógica patriarcal que atraviesa la confrontación armada, hace particularmente duras las situaciones vividas por las mujeres.

Esta diversidad de rebeldías multiplica a su vez las responsabilidades, es por eso que este nuevo escenario, nos convoca a solidarizarnos con los esfuerzos del pueblo colombiano para transitar el camino de la paz con justicia social. Es importante que se sepa que Colombia no está sola y que desde Venezuela, esta revolución jugará su papel para hacer realidad los sueños del Libertador Simón Bolívar.

Este es un elemento más que evidencia como la batalla del “7 O” asume características estratégicas para la consolidación del mundo multipolar, donde se pueda garantizar un futuro de paz para la humanidad. El triunfo del candidato de la patria, Hugo Rafael Chávez Frías, será celebrado con profundo entusiasmo por las revolucionarias y los revolucionarios del mundo entero. ¡Venceremos!